Aunque sea un lugar ya visitado en más de una ocasión, este paraje siempre apetece para realizar una pequeña escapada a tierras manchegas.
La carretera que nos lleva a Hellín es de las que todos los murcianos realizamos "con los ojos cerrados" y conociendo en cada instante el kilómetro en el cual nos encontramos, desde Hellín a Riópar una carretera realmente preciosa para los que nos gusta conducir sin prisas y relajados pudiendo disfrutar de los paisajes por los cuales te lleva el camino.
Una sencilla y corta excursión contemplando las distintas caídas del agua y disfrutando de la naturaleza sin realizar prácticamente ningún esfuerzo, con tiempo para sacar todas las fotos que quieras y donde nadie se molesta por verte en el mismo lugar durante cinco minutos sin moverte. Personas mayores, menos mayores y niños se unen en este sábado que decidimos realizar la escapada, cada uno a su ritmo y sin molestar.
Otro sendero más alejado del río te conduce nuevamente al aparcamiento y de regreso a Riópar, donde - a pesar de tanto visitante los fines de semana - siempre encuentras un lugar donde comer y además bien, a un precio normal.
Ya de regreso opté por coger un desvío donde ponía "Pantano del Cenajo" una carretera, en esta época plagada de almendros en flor y donde pudimos observar (y en algún caso fotografiar) a los venados que pastaban junto a perdices. Un camino para disfrutar de verdad. El Cenajo con poca agua fue el peor momento del día, ya que nos gustaría verlo con el agua que realmente necesitamos en esta Región.
Regresamos por carreteras pequeñas que nos enlazaron con la carretera a la altura de Cancarix.
Una sencilla y corta excursión contemplando las distintas caídas del agua y disfrutando de la naturaleza sin realizar prácticamente ningún esfuerzo, con tiempo para sacar todas las fotos que quieras y donde nadie se molesta por verte en el mismo lugar durante cinco minutos sin moverte. Personas mayores, menos mayores y niños se unen en este sábado que decidimos realizar la escapada, cada uno a su ritmo y sin molestar.
Otro sendero más alejado del río te conduce nuevamente al aparcamiento y de regreso a Riópar, donde - a pesar de tanto visitante los fines de semana - siempre encuentras un lugar donde comer y además bien, a un precio normal.
Ya de regreso opté por coger un desvío donde ponía "Pantano del Cenajo" una carretera, en esta época plagada de almendros en flor y donde pudimos observar (y en algún caso fotografiar) a los venados que pastaban junto a perdices. Un camino para disfrutar de verdad. El Cenajo con poca agua fue el peor momento del día, ya que nos gustaría verlo con el agua que realmente necesitamos en esta Región.
Regresamos por carreteras pequeñas que nos enlazaron con la carretera a la altura de Cancarix.
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